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Una cita en un café [1/3]

El chico llega puntual, como siempre lo ha hecho, porque así le han enseñado y a el le parece maravilloso que así haya sido, la puntualidad siempre le ha parecido una bonita cualidad suya. Entra a la sala y mira alrededor, ella no ha llegado aún y eso le parece bien, escoge una mesa para dos personas, no es necesario más espacio, escoge la silla que queda de cara a la puerta, quiere verla entrar y prefiere no arriesgarse a que ella se distraiga con alguna de las personas que puedan entrar. Está nervioso y eso lo emociona, después de todo esta es la primera vez que hace algo como esto.

La conoció en un lugar mágico, el teatro. Sucedió durante un concierto que daba a la Orquesta Sinfónica, el iba solo pues sus amigos no son del tipo que va a conciertos de música clásica. Tampoco tiene demasiados amigos, así que eso es de esperarse. Él pensó que llegaba tarde y al entrar a la sala, por primera vez no se arrepintió de su impuntualidad, había bastantes lugares vacíos pero uno en especial llamó un atención, el lugar junto a ella. Sola, como él, ocupaba el espacio de su asiento con la gracia que solo cierto número de mujeres en el planeta poseen. Él no lo pensó dos veces, de haberlo hecho, no hubiera tomado el riesgo, así que caminó directo a el lugar donde no se le esperaba.  Ella llevaba un hermoso vestido a rayas, negro y beige,  con una pequeña chaqueta a juego, por si le diera frío.

—¿Está ocupado este asiento?— dijo él.

—No, adelante— contestó ella, sorprendida ante el desconocido.

El corazón del chico estaba emocionado, como hacía mucho tiempo no se emocionaba, y mientras el chico trataba de mantenerse unido y averiguar qué era lo que tenía que hacer ahora, ella solo estaba ahí, siendo ella misma y cautivándolo sin saberlo.

El chico decidió que lo más seguro era tomar el entorno a su favor, pero 6 años de inexperiencia en como hablarle a una desconocida lo atemorizaban. Algo dentro de él, no su consciente sino algo más profundo dentro de su ser lanzó por su boca las palabras que hicieron que la chica  volteara para verlo. No estaba ahí por las canciones, sino por la música, no era fanática de los videojuegos pero estaba enamorada del teatro y el arte que este exponía por medio de sus ocupantes, la magia de las obras y el enervante sonido de su música. El chico estaba sorprendido, no todas las noches conoces a personas con esa mentalidad, no en esta ciudad. El concierto comenzó y los dos quedaron absortos en la belleza de su magia sonora.

Un intermedio fue anunciado y las luces volvieron, y como sintiendo la necesidad de comprobar si ambos seguían ahí, voltearon a verse el uno al otro. Ella sonrió y el le correspondió. Sin más aviso que una disculpa, tomo su bolso y se levantó. Mil pensamientos pasaron por la mente del chico en solo unos segundos, miedo, angustia, desesperación, incluso pensó sentirse decepcionado de si mismo. Pero la mente de él es hábil y salió a auxiliarlo del frenesí, probablemente había ido solo al tocador, las chicas hacen eso, además él no había hecho nada malo, la había tratado con amabilidad y ella había reído con uno de sus comentarios, no había motivo para pensar que lo había arruinado, aún así los años de inexperiencia no le permitían tener la certeza de que ella volvería, quizás no habría disfrutado tanto de su presencia como él había pensado. Tal vez ella decidiría que después de todo prefería pasar el resto de la velada por su cuenta, al fin y al cabo había venido por si misma a el concierto. El chico decidió que era un pensamiento bastante coherente y válido y no pensaba insistir si la chica así lo decidía, pero también se prometió que de darle la oportunidad la invitaría a pasar más tiempo juntos. El chico volteó alrededor por si acaso ella ya había vuelto a la sala y decidido no regresar al lugar donde estaba, no había vuelto.

Pasaron los minutos, el concierto estaba por continuar. Fue cuando notó que alrededor del lugar donde habían estado sentados había al menos 40 asientos vacíos, más aun en la totalidad de la sala.

Cuando las luces se atenuaron, ella decidió volver junto a él.

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