
El primer sueño en que la besó
El pasillo era amplio y la bóveda enorme, ambos tenían que partir en direcciones opuestas, ninguno lo quería pero era inevitable, inevitable como dejar de verla, como dejar de sonreír al estar junto a ella, inevitable como detenerse ahora que estaba tan cerca, ella sonrió, sabía lo que pasaba y tampoco se detuvo. “Magníficos labios”…