Uno pensaría que no puedo procrastinar más mis entradas pero vaya que puedo, aun cuando el post de hoy es uno que tengo tiempo queriendo escribir, aquí estoy apenas, 3 semanas después, pero ¡hey! vale más tarde que nunca, además el tiempo me ayudó a ver mejor las cosas y permitir que la situación se desarrolle y no escribir bajo puro entusiasmo, como dicen por ahí “la comida a fuego lento sabe mejor”, así que aquí voy.
Así que… llevaba dos semanas como practicante en Planta K, obviamente por ser un ambiente industrializado y un lugar donde se desarrollan actividades de diferentes ámbitos es un buen lugar para que estudiantes de diferentes ingenierías hagan sus prácticas profesionales, de forma que hay más o menos 4 practicantes de ing. bioquímica y al menos 10 de ingeniería industrial, sin embargo yo era el único estudiante de ingeniería electrónica, sumado al hecho de que yo empecé al menos 3 semanas después que los demás me hacía obviamente el outcast del grupo, sin embargo no planeaba ser el rechazado, probablemente en el pasado me conformaría con hablar con uno o dos en ocasiones, pero no esta vez, los iba a conocer y sería uno más de ellos.
Junto a mi oficina estaban dos practicantes Vik y Yve, supuse que lo más sencillo sería empezar con ellos ya que los veía casi a diario, además Yve es bastante atractiva y un día con tiempo libre y con ella sola en su escritorio me acerqué a platicar, ya nos habíamos visto así que todo era cuestión de hacer fluir la conversación, resultó ser una chica agradable y fácil de conversar, al igual que Vik quien es un tanto más accesible, quizás por ser hombre. Conversar con ellos me hizo ganar la invitación a comer con la mesa de los practicantes, cosa que buscaba. El resto de la semana lo pasé conversando con quienes no me conocían y analizando cada una de sus personalidades al mismo tiempo -cosa en la que me he vuelto sorprendentemente mejor desde hace un año-, durante el resto de la semana hubo un tema de conversación que empezó a platicarse entre los más cercanos dentro del grupo: un viaje a Puerto M. Eso era, mi meta, tenía que estar ahí.
Identifiqué a 3 personas que representaban el centro de la mayoría de las conversaciones en el grupo, personas a quienes los demás giraban en torno, la premisa era sencilla: gana su simpatía y serás uno de ellos. La oportunidad se presentó sin esperármelo, pero estaba listo. Viernes por la tarde bajando del bus de la empresa y Roga me aborda “¿Qué onda, te quedas para unos tarros?” No lo pienso dos veces y acepto, al bajar Ruby nos esperaba y me pregunta si me quedaré, “Claro” dije yo y ella sonríe complacida -perfecto-.
La tarde transcurre con facilidad, la cerveza como siempre haciendo bien su trabajo, todos relajados todos sonriendo, momentos después llegan más personas a quienes Roga y Ruby estaban esperando, los otros dos que forman parte del núcleo que aviva el grupo -por supuesto-, uno de ellos pregunta si ya fuimos por botanas y que necesita ir al banco “¿alguien quiere ir?¿nadie?” -oportunidad- “Yo ¿a qué banco vas? -El mismo que yo necesitaba, perfecto- el camino de ida y vuelta me bastó para congeniar con el, Valv es una persona de mente simple y nada fuera de lo común, un joven promedio que le interesan las chicas, las fiestas, pero sobre todo las chicas -simple-, para cuando llegamos de vuelta al bar la conversación fluía como dos buenos camaradas -el primero de tres-. Con Valv como soporte y jugando al juego de la conversación finalmente llegó la pregunta que esperaba “¿Irás con nosotros a M, verdad?” -gané- “Por supuesto, cuenten conmigo”, eso pareció satisfacer a Roga y a Ruby. La hora de irnos llegó y cuando nos despedíamos Roga me abordó una vez más y me dijo “Sabía que no me equivocaba al invitarte”-dos de tres-, el no lo supo pero su comentario me hizo la noche.
Mentiría si dijera que se que fue lo que vio en mi para invitarme o qué fue lo que hice, la verdad es que solo había sido yo mismo y actuado como este nuevo ser en el que me he convertido, se que el yo de hace un año no habría logrado esto y hoy más que nunca puedo ver las diferencias que hay en mi, no me molesta haber cambiado, porque no he dejado de ser yo mismo, simplemente soy mejor. y eso está bien. Escribo esto a una semana de irnos a Puerto M, ya soy uno más del grupo y he descubierto que Roga realmente es una buena persona, alguien que podría llegar a considerar un amigo, lo mejor de todo es que no es el único, que maravilloso es conocer personas.
Esto sucedió hace tres semanas y ya hay bastantes cosas más de las que escribir, espero que no me tome otra semana o dos actualizar el blog, no pretendo abandonar este espacio con el que he compartido muchas cosas.