Dicen que los viajes con tus amigos son los mejores, soy afortunado de no poder decir lo contrario, el día de hoy soy tan feliz como lo fui ayer, feliz de haber vivido y feliz de haber sufrido y haber crecido. Recordar es volver a vivir y con gran alegría escribo este post.
Viernes a medio día y el sol ya se levantaba fuerte y alto, ardiente como una señal, todo estaba listo para empezar nuestra aventura, iríamos y vendríamos en autobús porque era lo más seguro ya que ninguno pensábamos estar lo suficientemente sobrio como para preocuparnos por manejar un auto, además el puerto M es un lugar fácil de navegar, solo necesitas mantenerte al lado de la playa, básicamente. 5 de la tarde, nuestras cosas en el cuarto del hotel y nosotros dispuestos a abandonar nuestra sobriedad en pos de la desinhibición a la que invita la playa y nuestra juventud. Se celebraba en el puerto un congreso de nuestra escuela y ese fue nuestro primer objetivo, sabíamos que ahí estarían todos… y ahí estaban.
Música, playa, Sol y arena. Los cuerpos de nuestra juventud impulsados por el alcohol que ya empezaba a liberarnos de toda ataduras, no demasiado, lo suficiente para hacernos invencibles, eramos 8 y esperábamos a 4 más, pero eso no sucedería hasta mañana. Hoy solo importaba bailar, beber, divertirse y no parar, más de 300 cuerpos unidos con un solo objetivo, trascender.
La tarde dio paso a la noche y la marea devoró la playa, era hora de movernos. Decidimos volver a la parte de nuestro hotel y seguir la fiesta por nuestra cuenta, sabía que este viaje era una oportunidad para crecer en el grupo, agradar a los que dudaban y sorprender aun más a los que ya confiaban en mi, pero sobre todo era mi oportunidad perfecta para crecer. Ha pasado ya el tiempo en el que dejaba pasar las oportunidades y esta la aproveché como ninguna. En anteriores ocasiones he expresado como el alcohol es una herramienta bastante útil en las relaciones humanas y en un viaje donde formaba parte del núcleo, se convirtió en mi mejor aliado.
Me convertí en mi mejor versión alterna, me transformé en el alma de la fiesta y me sorprendió lo fácil que me resultó, comprar una bocina portátil me ganó la simpatía de todos, un comentario acertado por aquí, una acción en el momento preciso y todos reían, un grito de fiesta, todo era tan fácil, la noche murió y fui uno de los últimos despiertos, ganando así el reconocimiento de el integrante del grupo con quien menos me llevaba, otro éxito.
La mañana llegó y todos platicaban sobre las diferentes formas en las que había sobresalido, estaba feliz pero sabía que la verdadera prueba estaba en mantenerme a la altura de la imagen que había creado tan fácilmente mientras mis venas estaban inundadas en alcohol, algo en lo que ya había fallado con anterioridad, algo en lo que no me permitiría fallar de nuevo. La idea estaba plantada en sus mentes, estaba en mi hacerla germinar… y eso hice.
Día dos. Más Sol, más fiesta, más diversión, noche de nuevo y esta vez no nos quedaríamos en la playa, la noche era nuestra y los clubes parecían una gran oportunidad para conocer aumentar nuestro número de personas dispuestas a pasarla bien, o eso pensamos. A media noche estábamos en el antro que se suponía todos irían, había gente y el lugar estaba bien, pero la música no era lo mejor y las bebidas eran demasiado caras, después de la primera botella -por la cual pagamos 10 veces más que su precio normal- nos fuimos. Las cuatro chicas que iban a alcanzarnos lo hicieron, o al menos en parte. Tuvimos que ir a buscarlas hasta otro antro donde estaban y ya empezábamos a hartarnos de esperar cuando aparecieron, acordamos ir de vuelta a la playa… y de pronto la noche se sacudió, no recuerdo exactamente el momento en el que nos vimos ni lo primero que le dije, en el fondo alguien se quería pelear y de pronto me integré a su grupo. Valv me había comentado sobre una chica que le gustaba y ahí estaba él, la chica y su amiga, y ahí estaba yo platicando con ella y de pronto eramos los cuatro caminando hacia una tienda por más bebidas.
No puedo decir con certeza que me atrajo más de ella, definitivamente su voz me atrapó y su forma de hablar, tan sencilla y tan agradable me hipnotizaron. Había decidido pasar lo que quedaba de la noche con ella y nada podría detenerme, entre más hablábamos más fácil se volvía todo y mas reíamos. De vuelta a la playa terminamos reuniendo un grupo de al menos 15 personas, todos relacionados en cierta manera, a mi no me importaba ya nada yo orbitaba a su alrededor y ella reía y yo con ella.
A pesar de ella, logré hacer algo que nunca había hecho, integrar todo, tenía que comportarme a la altura con mis amigos y a la vez quería llamar su atención, así que decidí que con la confianza de una mente entumecida tomé el riesgo de ser ese yo que no teme nada y todos nos convertimos en uno y en el centro estaba yo y yo fui dichoso. Decidí que no olvidaría ese sentimiento nunca, lo haría mío.
Llegado el momento Valv y yo decidimos que era hora de apartarnos, los ánimos iban bajando pero las chicas y nosotros no estábamos cerca de terminar, decidimos volver a su hotel y seguir la fiesta. Si soy sincero conmigo mismo, no puedo negar que consideraba la posibilidad de acostarme con ella, pero con la misma sinceridad puedo decir que no era eso lo que buscaba, algo me decía que era diferente y así pasó el tiempo, ella seguía riendo y yo seguía explotando, el cielo se aclaró y de pronto ahí estábamos los dos, juntos en la playa viendo nacer un día más. Una sonrisa, una caricia y un beso.
El sentimiento de algo que nunca había experimentado, no solo era ella, era yo mismo, se sentía como la culminación de algo que llevaba mucho tiempo gestándose y aun así, sentí que eso solo era el principio. Tiempo de despedirse. Fotos. Números telefónicos. Y esa sonrisa.
Aún cuando estaba seguro que todas las cosas buenas que podían pasarme en este viaje, habían pasado, un nuevo día estaba frente a mi y con el la necesidad de volver a mi ciudad, pero el Puerto M no estaba listo para dejarme ir aun. Cuando Valv y yo dejamos a los demás por la noche, Roga cruzó algunas palabras con otro turista y la vida nos puso frente a él en nuestra última visita a la playa. El tipo resultó ser una estupenda persona y nos invitó a acompañarlo, al tiempo que pedía la Banda y la música nos envolvía como solo la tiene mi bello estado. Unos tragos más y el ambiente se volvió felicidad pura, me daba gusto ver como todo había resultado magnífico, como todos reíamos, como todos nos divertíamos. Lo que más me dio gusto, a pesar de todo, fue notar que no estaba en un estado de ebriedad y que podía divertirme de la misma manera, de ser ese yo que pensé solo era producto del alcohol, de estar a la altura de la imagen que había creado de mi mismo, de ser esa mejor persona y sobre todo, poder darme cuenta. Quizás esto solo signifique algo para mi y de ser el caso, estoy feliz con ello.
Nuestro viaje terminó con mi decisión de no quedarme en el Puerto M y seguir la fiesta, era tarde y al día siguiente tenía que trabajar, mi cuerpo me pedía descanso y no era sensato ignorarlo, aun así moría de ganas por quedarme y seguir la fiesta que habíamos desatado, pero no lo hice y era lo correcto, la mejor forma de terminar este viaje era con una buena decisión, siempre hay que saber cuando parar. El reloj marcaba las 5 y dejamos a Roga, Ruby y Cisco seguir una fiesta que no estaban dispuestos a abandonar.
Pareciera que cada viaje que hago me hace crecer más de lo que espero… aunque realmente no lo espero, solo me gusta divertirme y aventurarme. Pero esa es una razón más para amar viajar, en fin. Este post se volvió muy largo, pero tenía que escribirlo, estoy muy feliz… y en cuanto a la chica, muy pronto escribiré sobre ella. La verdad es que no puedo esperar a hacerlo.