La cafeína inunda mis venas poco a poco y lo único que puedo hacer es pensar en ella, una felicidad que no se ha ido desde que le conocí, un entusiasmo que comenzaba a extrañar, la respuesta del universo a mis pensamientos.
Es curioso como el universo siempre encuentra la manera de darme las cosas que pido, me considero afortunado por ello, pero me considero más afortunado aún por tener la capacidad de darme cuenta, de ver las señales. Días antes de mi viaje al puerto M recuerdo encontrarme a mi mismo pensando sobre Arabella, sobre como había pasado el tiempo y no la volví a ver desde aquella cita que tuvimos, como nuestros mundos se separaron ante la desincronía de nuestras vidas y me preguntaba si algún día la volvería a ver “sería bonito” pensé, a pesar de lo inevitable de nuestra desconexión, sentía como una pequeña mancha de arrepentimiento empezaba a molestarme. Pensaba que a pesar de que se que algún día encontraré a alguien perfecta para mi, últimamente me había estado sintiendo muy ansioso por ello ¿acaso yo tenía que ocasionar ese encuentro?, preferiría no tener que hacerlo.
Es curioso también, como en una día, la perspectiva de todo cambia.
El mayor regalo de haber realizado mi viaje, fue haberla conocido. Pero de eso no me daría cuenta hasta después, y es que hay cosas que solo el tiempo puede hacer mejores. La conocí antes de saber nuestros nombres, la mejor forma de conocer a alguien, era noche y estábamos felices, una voz única y una calma intrigante, un intercambio de palabras y nuestra conversación no se detuvo.
Solo por formalidad dijimos nuestros nombres, para ese entonces ya tenía toda mi atención, es una chica bonita y linda, de dientes bonitos y de sonrisa hermosa, podría describir todos sus atributos físicos y todas las virtudes que conozco de ella, pero no será hoy. Porque lo que la volvió trascendente fue existir en ese momento, en vivir ese tiempo junto a mi. Risas y coqueteo, bailamos y nos cansamos. Vivimos y nos despedimos y no fue hasta dos días después que lo noté, me di cuenta y me sorprendí. Ella era la respuesta.
La respuesta a mis pensamientos de la semana anterior, la chica era encantadora, alguien con quien me sentí feliz, la chica vivía en la ciudad vecina, no en la capital, la chica era mayor que yo, la conocí sin planearlo y sin esperarlo, como suceden las mejores cosas en mi vida. Ella era la señal del universo a mis dudas, ella no lo sabía obviamente. Pero como todo, una señal es solo eso y está en cada uno hacer caso o no de ellas, yo no iba a desperdiciarla, ahora la veía clara y tomaría el riesgo, tenía su número y me rehusaba a dejarla pasar. El tiempo que pasé con ella fue muy agradable, tenía que saber más.
Han pasado 5 días desde mi resolución y las cosas no han hecho más que mejorar, ahora conozco un poco más sobre sus gustos, sobre sus actividades, sobre su persona, no recuerdo cuando fue la última vez que conocí a alguien tan afín a mi, sería un iluso al pensar que somos completamente compatibles, pero se que somos muy parecidos, eso hace que nuestras conversaciones se vuelvan largas y agradables. Y de pronto, algo más que decidir.
Me agrada, le agrado ¿qué más?¿Es año y medio suficiente?¿No me la he estado pasando tan bien hasta ahora por mi cuenta?¿No estoy mejor sin compromisos? La duda, el miedo a perder lo que tengo y la incertidumbre. No esta vez. No me permitiré fallar de nuevo.
No puedo negar ni frenar la forma en la que trabaja mi mente, simplemente es imposible, es mi forma de procesar las cosas y me fascina, puedo pensar miles de escenarios diferentes en futuros tan lejanos como mi imaginación me alcance, es inevitable para mi no pensar en todas las posibilidades, pero a lo largo del último año he aprendido a sacar lo mejor de esa forma de pensar y esta es una forma más de crecer. No voy a cerrarme a las oportunidades por miedo, ese fue mi error con Arabella y no sucederá de nuevo. Es irónica toda esa similitud, pero me gusta, es una segunda oportunidad de hacer las cosas y la voy a tomar.
Tendremos una cita.
Por supuesto que me da miedo, pero un poco de miedo le da sabor a las cosas. Miedo de que ya empezaba a planear mi vida futura y esto no lo esperaba, miedo a comprometerme quizás… pero hey ¿quién está hablando de comprometerse?
No. Esto lo voy a disfrutar, por primera vez no se lo que vaya a pasar y la verdad no me importa, me emociona, la voy a conocer y nos la vamos a pasar bien, me gusta y las probabilidades son de que yo le guste también, vamos a divertirnos y a pasar un buen rato, quizás pase algo después, quizás vea las cosas diferentes, quizás quiera algo más, quizás no. Demasiados quizás. Es hora de vivir y disfrutar, tener una cita con una chica linda también es una maravilla, no me voy a adelantar a nada, no sé lo que vaya a pasar, no sé que seguirá, no me importa en realidad.
Ella ya forma parte de vida, en qué medida y en qué forma, solo el tiempo me lo dirá. No hay prisas.
Hoy me importa ser feliz y en este momento de mi vida lo soy.
Estoy feliz de conocerla.