Es curioso como en ocasiones la vida nos prepara para cosas que no buscamos, sin darnos cuenta. Es solo cuando repentinamente volteamos dentro nuestro, que notamos algo que no estaba ahí la última vez, algo que creció sin darnos cuenta y que ahora forma parte de nosotros. Algo que solo el tiempo y la paciencia pueden construir, los cimientos de un nuevo ser.
Durante los últimos meses he estado conociendo muchas personas nuevas, he estado llevando un estilo de vida lleno de actividades y de interacciones continuas con personas que en mayor o menor medida han impactado en mi vida. Hace tiempo decidí que no buscaría una pareja sentimental como método para darle estabilidad a mis sentimientos, ni a mis emociones, por el contrario me concentraría en construirme de nuevo, en mejorar este recipiente que contenía un alma lacerada, mis anteriores post relatan mi éxito en esta empresa. Lo que jamás imaginé es que en el proceso aprendería no solo ser mejor persona de lo que era, si no a querer transmitir todo lo nuevo que hay en mí hacia los demás, experimenté una vez más, esta vez de una manera completamente diferente a los años anteriores, aquella máxima que dice que no puedes dar algo que no tienes, no puedes amar sin amarte, y en esta ocasión puedo agregar que definitivamente no puedes hacer feliz a alguien si no eres feliz tú.
Más mujeres han entrado a mi vida, y debo decir que cada una me ha inspirado cosas diferentes, nuevas y únicas, mentiría si dijera que no me acerqué a alguna por el simple hecho de que me atrajeran y conforme las conocía empezaban a gustarme cada vez más, aprendí a quererlas de una manera un tanto nueva para mí, por mucho que llegaran a gustarme y por tanto que yo disfrute de su compañía no veo a ninguna de ellas como una pareja, tal vez lo intentaría, por divertirnos un rato, si la situación fuera propicia pero no es algo que esté buscando, aun así me encanta pasar tiempo con Delilah por ejemplo, jugando ajedrez y hablando de gatos o con Elena, discutiendo sobre libros y contemplando su sonrisa o disfrutando de algún cumplido suyo.
Fue precisamente un libro que Elena me recomendó y la música de Florence + The Machine los que dieron luz a este post, últimamente escucho la música de Florence todos los días, sus letras y su locura me tienen cautivado, fue su música y el sentir de esta la que me hizo darme cuenta que me estoy enamorando de nuevo, no de alguien en específico si no de una idea, la idea de un amor que está por llegar, alguien que conoceré y de quien me siento capaz de hacer feliz de una manera hermosa, alguien que no espero pero que se llegará y cuando lo haga estaré listo, la querré como no he querido a nadie porque así se quiere cuando se está enamorado. No soy de los que creen en el amor a primera vista, pero si de los que creen en que el amor es repentino y llega cuando no lo esperas. Quizás me tome años encontrar a esa persona, quizás ya la conozca, no importa demasiado porque el universo tiene su manera de acomodar las cosas y el tiempo siempre cumple con su plan. Lo que si se, es que una vez más me siento con la capacidad de amar y de hacerlo como nunca lo he hecho. Ya les digo, soy un idealista.
He recuperado y mejorado una parte más de mí y estoy feliz por ello, mi romanticismo ha vuelto, más fuerte que nunca.