El día de hoy se cumple un año desde que publiqué “El inicio de algo nuevo”, el primer post de mi blog y con el que precisamente comenzó una etapa y una parte de mi que realmente no creí se convertiría en algo tan importante. Este año significa mucho para mi, por muchos motivos.
No siempre es agradable mirar al pasado, eso lo puedo atestiguar, pero en esta ocasión para mi es bastante gratificante, voltear a ver quien era hace 12 meses y compararlo con la persona que soy ahora me ha hecho darme cuenta cuanto he crecido, cuanto he cambiado, cuanto he vivido. Quizás para algunas personas las cosas que pasan en su vida por un año no son muy significantes, pero la verdad es que para mi, antes de la época donde empecé mi blog, un año más era algo efímero, solo otro número, sabía que había pasado el tiempo pero no tenía mucho que contar, no vivía demasiado, no había mucho que recordar. Esta vez es diferente.
A lo largo de este año he ido a lugares que no creí iría, he hecho cosas que jamás me había atrevido, he cambiado de una manera que siempre dije que podría y siempre me había conformado con no hacerlo. Relatar mi vida durante este periodo sería repetir lo mismo que en mi blog ha sido escrito, no quiero hacer eso. Pero si me parece maravilloso que es precisamente este espacio el que me ha permitido notar todas esas fases mías, el que me ha permitido grabar mis memorias y el que me ha permitido ver que ha pesar de todo lo que he vivido y por lo que he pasado “solo ha pasado un año”.
Pienso en todas las personas que he conocido, en todas las fiestas a las que he ido, en todas las nuevas experiencias que he tenido, en todas las oportunidades que se me han presentado, en todos los riesgos que he tomado y en todos esos momentos donde he sido inmensamente feliz y pensar que solo ha pasado un año me entusiasma en sobremanera, porque si eso puedo hacer con un año, pensar en lo que puedo hacer con 5 o incluso 10 me quita un gran peso de encima, hay muchas cosas que quiero hacer en esta vida, muchos lugares que visitar, probablemente haya muchos labios que besar, muchos abrazos que dar, muchas personas que conocer y muchos momentos que disfrutar, y me doy cuenta que no hay por qué apresurar las cosas, ni querer adelantarse.
Mi percepción del tiempo ha cambiado, de pronto siento que hay mucho tiempo por vivir y no pienso desperdiciarlo, después de todo…
En un año pasan muchas cosas.