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Despliegue de velas

Trataba de recordar que era lo que había soñado el día de hoy, trabada de recordar si habría algún indicio en mi subconsciente que me hubiera dado alguna pista sobre lo que este día sería para mi. Recuerdo mi sueño, pero no significa nada. Nada me advirtió sobre la magia que traería este día.

Hace poco más de un año, tuve mi primera cita con una desconocida, la conocí en un lugar mágico y las circunstancias que nos llevaron a encontrarnos fueron igual de bellas, todo una ocasión digna de un relato. Arabella.

Durante el verano pasado, durante mi servicio social, tuve la dicha de pasar algunas semanas en la compañía de una de las chicas más tiernas y agradables que he conocido, eramos muy compatibles y nos llevamos muy bien durante el tiempo que trabajamos juntos, después de eso seguimos en contacto pero nada que realmente importara, el ajeno contacto que solo proveen las redes sociales. Su nombre es Sam y es algunos años menor que yo.

Por algún motivo que solamente mi subconsciente conoce, hace algunas semanas mientras pensaba en mi futuro con Idris, vinieron a mi mente estas dos otras personas, quizás porque fueron parte importante en un momento de mi vida donde aprendía a desarrollarme emocionalmente. Un pensamiento llevó a otro y de pronto me encontré lamentando el hecho de no haber podido llegar a conocer más a estas personas, me pareció triste que las circunstancias que rodeaban la vida de Arabella y la mía en aquel entonces no nos hubieran permitido seguir en contacto, me pareció triste el hecho de que a pesar de tener una buena química entre los dos, lo mismo había pasado con Sam… creo que si se por qué pensaba todo esto, por Idris, las tres compartían el hecho de haberme acercado a ellas por gusto, pero solo con Idris me di la oportunidad de conocerla más y creo que en el fondo me preguntaba si no me habría perdido de conocer a otras dos excepcionales personas, la idea me parecía un poco triste y decidí algo: si alguna vez volvía a toparme con Arabella -lo cual era altamente improbable- la abordaría y la invitaría a salir de nuevo, aunque fuera solo para saber más de esa persona, y a Sam… a Sam le hablaría el día que se cumpliera un año de aquel regalo que me dio, solo para usarlo como excusa.

Parte de las noches de mi fin de semana dediqué mi tiempo mental a pensar en Idris, a pensar sobre lo que yo quería y lo que haría, estábamos ya pasado el tiempo donde yo debería de haber hecho mi movimiento de haber estado seguro de lo que quería de nuestra relación, y el no tenerlo claro, sinceramente me molestaba. Tuve que ser sincero conmigo mismo y me dolió un poco, curiosamente creo que ese pequeño dolor es indicativo de mi afecto por ella, pues era la cruda objetividad de mi mente la que decía que realmente Idris no es el tipo de persona que yo querría tener como mi novia, lo cual era cierto, pero no completamente.

He tenido en mi mente rondando esta idea del noviazgo desde que la conocí, existen muchos tipos de parejas diferentes, pero creo que mi idea de noviazgo es un tanto romántica, es alguien con quien tener una relación que busca crecer y volverse más fuerte, fortalecer los sentimientos que tienen el uno por el otro hasta llegar al punto de amarse, y eso es algo que yo no siento con ella, definitivamente me la paso muy bien con ella, me gusta estar a su alrededor, su voz cuando dice mi nombre y como me hace reír, pero falta la magia. A pesar de eso, existen el tipo de noviazgos que caen fuera de mi romántica idea, donde dos personas son pareja simplemente por los motivos que he mencionado anteriormente, porque se llevan bien y han decidido que es un paso natural. La idea de explorar ese tipo de relación con ella, es tentadora, pero no es suficiente para mi.

Y este día me lo demostró.

Existe una gran diferencia entre el tipo de personas que son Arabella, Sam e Idris, principalmente debido a los momentos de mi vida donde las conocí, pero las tres tienen algo de lo que me gusta en una mujer.

Hoy por la mañana salí con Idris, quería pagarme una apuesta de una paleta de nieve que me debía y teníamos tiempo para caminar y platicar un rato, como siempre, es agradable estar a su alrededor. Caminábamos al centro de la ciudad cuando de pronto una chica se voltea y la saluda, no le di mucha importancia al gesto porque sucede seguido -Idris conoce a muchas personas-, pero cuando escuché la voz me congelé, era inconfundible, fue como la primera vez que la escuché… era Arabella.

Aun cuando mi cuerpo se vuelve un tanto idiota ante las sorpresas, mi mente no, se acelera y funciona mejor, en ese momento pensé en mis posibilidades. Obviamente se conocían, pero no eran cercanas porque jamás la había mencionado, no podía saludar a Arabella porque me reconocería y sería incómodo, así que simplemente volteé mi cara y giré un poco mi cuerpo, afortunadamente la luz del semáforo cambió y nuestros caminos se separaron.

Y ahí estaba yo, riéndome de las cosas irónicas de la vida, de lo pequeña que puede llegar a ser esta ciudad, ahí estaba yo, por fin encontrando a la chica con la que había tenido una noche maravillosa y había dejado ir, la había encontrado de nuevo en circunstancias igual de inoportunas, pero más inmediatas, por segunda vez vi a Arabella alejarse de mi vida.

Por extraño que parezca, este acontecimiento, ese pequeño encuentro, ese breve cruce de mi pasado con mi presente, me hizo darme cuenta que no era necesario que sediera ante la presión de las leyes sobre las relaciones, me hizo darme cuenta de las cosas que vi en Arabella cuando la conocí y como aun anhelo eso, me hizo darme cuenta que aunque la pase muy bien con Idris, no es la persona con la quien consideraría tener un noviazgo, si es cierto, me gusta y puedo notar que yo le gusto también, nos la pasamos bien. Pero necesito algo más que eso.

Tal vez me tenga en demasiada estima a mi mismo o simplemente es que tengo esta romántica idea de lo que busco en una persona como para caer por la primera persona con la que estoy agusto emocionalmente, creo que tener una relación sigue siendo algo más trascendente para mi y no puedo herir a Idris tampoco comprometiéndome a semejante relación si no estoy dispuesto a dar todo de mi por ella, si, quizás a veces un noviazgo se inicia simplemente porque dos personas están agusto la una con la otra, y construyen su amor en la marcha, pero no es mi forma. Así decidí que Idris no sería mi novia.

Curiosamente, horas más tarde me di cuenta de que hoy hacía un año que Sam me hizo aquel presente que aun conservo con cariño, a la vez que me enteraba que se iría a estudiar a otra ciudad, me pareció divertido porque significa que no tiene mucho caso intentar volver a hablarle pues pronto se irá, pero me dio gusto por ella.

Sentí que el hecho de que estas tres personas aparecieran simultáneamente en uno de mis días como una manifestación del Universo, pero sobre todo lo sentí como una manifestación de mi mismo, me di cuenta que realmente no necesito una pareja sentimental, claro no pienso cerrarme al hecho de conocer personas que pueden ser o no ser extraordinarias, quien sabe tal vez entre ellas se encuentre alguien en quien encuentre esa magia que busco, pero mientras tanto, no hay por qué precipitarse, estoy muy feliz porque en cierta forma he liberado algunas ataduras, quizás no eran ataduras y solo cuestiones irresolutas, siento mi mente mucho más clara de lo que había sentido en los últimos meses.

Siento que he desplegado mis velas de nuevo y puedo ver como un viento nuevo las impulsa.

Algo está por suceder, puedo sentirlo.

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