Abril fue el mes donde cambiaría mi vida de manera radical, una serie de decisiones tomadas a consciencia y la voluntad como disciplina, me llevaron a sucesos maravillosos e inesperados.
-Escrito el 8 de Abril de 2015-
“Dicen que muchas veces tienes que mirar atrás para apreciar lo que has conseguido, no creo que sea tiempo de mirar atrás, no aun. Pero es preciso mencionar que poco después me di cuenta que había tomado dos decisiones importantes, necesarias y eficaces.
Fue mi mente, para protegerme. Fue la lógica, fría y dominante. Fue un primero de abril y fueron dos; no puedo cambiar la forma en la que mi mente funciona, siempre estoy pensando en múltiples cosas, caminos, finales y comienzos: probabilidades y posibilidades. No puedo cambiar eso y no lo voy a hacer, porque es parte de mi inteligencia y es extremadamente útil, me permite aprovechar muchas situaciones. Se necesita entonces, una mente fuerte y un corazón firme para soportar todo lo que pasa por mis pensamientos y no viciarme en ciertas cosas. Hay veces, sin embargo, que los pensamientos me superan, superan esa barrera del corazón y me afectan, no creo que no sea capa de contenerlos, simplemente no soy lo suficientemente fuerte, pero soy listo como para verlo y con voluntad y amor propio como para hacer algo.
Se necesita voluntad, fuerza, decisión pero lo más importante: Tiempo.
El dolor desaparece, al menos que lo alimentes.
Tú me causaste dolor, tú y ahora lo veo. Tú tomaste la decisión, Y los riesgos que valía la pena tomar, soportando ese dolor, las recompensan, ya no están. El dolor ya no vale la pena.
Yo no necesito dolor en este momento de mi vida. No puedo detener a mi mente, pero puedo detener y decidir mis acciones, son mis acciones las que me harán más fuerte.
- No realizaré acciones hacia ti, ni que me lleven a ti, no por iniciativa propia.
- Mis pensamientos hacia ti serán suprimidos por acciones para mi beneficio.”