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Musa

A lo largo de nuestras vidas, nos encontraremos personas a quienes admiraremos por lo que hacen, por lo que proyectan o simplemente por lo que representan.

Para un hombre no hay nada más poderoso e inspirador que el descubrimiento de una mujer con estas cualidades, con frecuencia le contemplará distante mientras ella despierta en él una parte que había dormido por mucho tiempo.

Es el estado casi divino que él ha elegido otorgarle lo que le confiere a ella la habilidad para convertirlo en una persona que sueña, que cree, que aspira a algo más grande que él. A transformarse en un mejor individuo.

Es la magia de una Musa. Como ya lo he expresado con anterioridad, últimamente he estado explorando mi lado artístico y aunque desde que tenía 13 años he tenido el hábito de escribir, ha sido en los últimos años que me he aventurado en otro tipo de escrituras que no solo comprenden la narrativa de mi vida. Con mayor ímpetu aun, ha sido durante los últimos meses que he empezado a tomarme mi actividad escritora con un poco más de seriedad.

Es por eso que he decidido explorar las artes, porque me hacen crecer, hay personas que nacen con un interés propio por el arte y al crecer van ejercitando este interés hasta convertirlo en habilidades, no es mi caso. Nacido con un interés por el saber, me incliné por el lado científico y durante mi crecimiento desarrollé habilidades académicas que me han permitido satisfacer esa curiosidad por todo lo que me rodea, desde un punto de vista racional. He decidido explorar el otro lado de la moneda y sumergirme en la perspectiva artística, con la que me encuentro cada vez más fascinado.

A raíz del ejercicio de esta empresa, he empezado -así como con la parte científica- a desarrollar afición por ciertos artistas y he encontrado en ellos inspiración para crecer más mi lado artístico. Nombres como Tchaikovsky, Debussy, Wagner, Isaac Asimov, Van Gogh, el monstruo de Beethoven, entre muchos otros genios del arte que ahora reconozco con facilidad y tengo en alta estima.

Pero ha sido el esquema contemporáneo donde he encontrado la fuente de combustible que enciende mi interés artístico, compositores como Hans Zimmer, cantantes como Florence Welch e incluso cineastas como Damien Chazelle han dejado un fuerte impacto en mi vida con sus obras.

Fue solo hasta hace unos meses que decidí mirar a un tipo de arte aun inexplorado para mi: la Danza. Y después de haber quedado fascinado por las presentaciones de Danza Contemporánea, creí que sería bueno dirigir mi mirada hacia el ballet.

Fue ahí cuando la encontré.

Una joven de 22 años con una gran sonrisa y una belleza única, solista de la Compañía Nacional de Danza, con una carrera ascendente dentro del ballet. Primero fue una fotografía, pero lo que me atrapó fue la combinación de su arte visual con la manera en la que se expresaba, encontré su blog y empecé a leer sus entradas, nada muy elaborado, simplemente ella contando su vida y narrando los diferentes escenarios por los que pasaba, su positividad y sus sonrisas comenzaron a iluminar mis días y aun cuando mis días eran malos siempre podía contar que ella estaría ahí, en el basto mundo del internet, compartiendo su brillo.

Comencé a resonar ante la energía que emanaba y se sentía bien. Investigué un poco más sobre ella y sobre el desenvolvimiento de su carrera, lo cual me hizo apreciarle más pues era notable su esfuerzo por seguir su sueño. Así que empecé a admirarle como persona.

Deben saber, para efecto de contexto, que vivo en un país donde la educación artística ha dejado de ser prioridad para el gobierno, más aun, vivo en una ciudad donde durante años los eventos artísticos han dejado de ser un entretenimiento, dando lugar a una generación de personas con nulo interés por ellos. Una ciudad donde el machismo y el patriarcado está tan arraigado que una parte de la población femenina se deja someter y promueve este pensamiento. Una ciudad corrupta que ha enseñado a los ignorantes que el dinero es poder.

Y fue en ese contexto en el que se desarrolló una conversación con uno de mis compañeros de trabajo -Delta-, quizás el más inclinado de todos a la corriente de pensamiento que inunda mi ciudad, inició mostrándome unas fotos de una mujer con ropas sugestivas, claramente operada de sus senos, nalgas y cintura, la conversación tomó lugar:

-¿Cómo la ves con esta? Esta muy buena ¿no?

-Pues si, Delta. Pero piénsalo, esas son las mujeres fáciles de conseguir, no necesitas más que dinero.

¿Pero cuanto dinero? No es tan fácil conseguirlo.

Dinero es algo que sabemos como se consigue, trabajamos, lo administramos y lo multiplicamos. Déjame mostrarte algo.

*fue entonces cuando le mostré a la chica, le expliqué quien era, qué hacía, por qué era tan especial*

¿Crees tú que a una chica así la consigues con dinero?

-Pues… si tienes mucho puedes conseguir lo que sea.

-Te equivocas Delta, no a ellas. En el más extremo de los casos, con la cantidad suficiente de dinero podrías poseerles, pero nunca serían tuyas. A una mujer así, una que de verdad vale la pena, no se impresiona con dinero, necesitas algo, mucho más para llegar a ellas. Necesitas conocimiento, necesitas educación, necesitas ser una persona fuerte, gentil, amable, pensante, necesitas ser alguien que ofrezca una mejora a sus vidas, alguien que las haga más fuertes y las incite a crecer. Necesitas ante todo, esfuerzo. Luchar. Si dinero es todo lo que puedes ofrecer jamás serás parte de su vida.

-No pues es que también esas mujeres son inalcanzables, como las de las películas.

Son la clase de compañeras a las que deberíamos aspirar

*fue aquí donde abandoné la conversación y me hundí en mis propios pensamientos*

¿Eran en verdad ese tipo de mujeres inalcanzables?

Me niego a creerlo, no concibo la idea de que lo sean.

Pero fue entonces cuando me di cuenta de cuanto había influenciado esta chica en mi durante los últimos meses, sin saberlo me había abierto las puertas a un mundo maravilloso como lo es el ballet, me había hecho dirigir mis ojos al tipo de arte que ella realiza y me había permitido apreciar el brillo de su éxito, pero sobretodo de su esfuerzo. Y su actitud, sus ideas y su belleza resonaron en mi, me pusieron en movimiento. Porque en muchos aspectos ella es para mi, la idealización de lo que busco en una mujer y si hoy me parece tan inalcanzable es porque no me siento a su altura, pero es su imagen la que me impulsa a ser mejor, a crecer a desenvolverme como persona.

En mi mente llevo su belleza y su brillo y cuando pienso en arte pienso en ella. Hace unos días tuve la dicha de enterarme que en un gran esfuerzo hecho por la organización más prominente de arte en el estado, la Compañía Nacional se presentará en mi ciudad y mi entusiasmo no cabía en mi cuerpo. Es una oportunidad de verle de cerca hacer lo que más le gusta, presenciar la máxima expresión de su arte en vivo.

Siempre que pienso en la palabra Musa pienso en Dante Alighieri y su Beatriz, en la magnifica forma que la eleva a un plano divino de admiración y amor, en cuan importante fue ella para él, en la manera que lo hizo mejor poeta y sobretodo en el hecho de que Beatriz fue una persona ajena a su vida, ella nunca supo de la existencia de él, algunos dicen que ella ni siquiera existió, sin embargo fue Beatriz la fuerza que inspiró al poeta y que lo convertiría en el artista que es hoy.

Quizás nadie pueda igualar la idea de musa que Dante expresó, pero la idea para mi, prevalece, son las musas esas mujeres que nos inspiran, que nos alientan a ser mejores, encontramos en ellas la energía para crecer y convertirnos en seres capaces de alcanzarles, aun cuando ellas se encuentren ignorantes de el efecto que causan en nosotros, nos mueven y son capaces de elevarnos a niveles que antes creímos imposibles.

Es tu gracia y tú talento lo que me ha inspirado

¡Oh Musa! ¡Oh Greta!

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