Close

Mi propio cuarto

Para algunas personas podría parecer algo tonto o incluso patético el celebrar tan simple acontecimiento, para mi es un cambio enorme y algo que había estado buscando por mucho tiempo.

Inicialmente planeaba escribir una entrada sobre mi admisión a la maestría -porque FUI ACEPTADO EN LA MAESTRÍA– pero el post se quedó en un borrador que no terminé y como siempre supe que quería escribir el primer día que viviera en mi propio cuarto creo que terminar ese borrador ya no me llama demasiado la atención. Así que solo diré que me brindó demasiada dicha la noticia y quizás en un futuro si el texto me llama, finalice ese borrador con mis impresiones de ese día, por el momento es tiempo de seguir.

Llamarlo propio es solo un título, en realidad no soy el dueño de este cuarto, pero es el cuarto que rento en la casa donde viviré, así que mientras dure el contrato y esté conforme, será mío. La importancia sin embargo, no radica en la pertenencia sino en el espacio.

Durante más de 20 años viví compartiendo el cuarto de mi casa, primero con uno de mis hermanos y posteriormente con dos, somos una familia con una casa modesta, solo cuenta con dos habitaciones y una la utiliza mi madre, lo que nos dejaba un espacio pequeño para los tres hermanos. Por supuesto que mi madre siempre tuvo planes para invertir dinero en la casa, construir más cuartos y darle su espacio propio a cada uno de sus hijos, sin embargo las circunstancias no siempre nos favorecen y económicamente nunca hemos tenido la solvencia para llevar a cabo esos planes o decidimos gastar el dinero en experiencias, viajes y vivencias, más que en algo material. Sin embargo los últimos 12 meses la situación estaba llegando a un punto de quiebre, al menos para mi, pero estoy seguro que para los demás también.

Hemos crecido, mi hermano y yo éramos básicamente dos adultos durmiendo con un tercer hermano y de pronto el espacio se volvió insuficiente, no teníamos privacidad, nuestras actitudes chocaban, nuestros horarios se cruzaban, nos habíamos vuelto personas que no podían seguir viviendo juntas, nos estábamos asfixiando. Poco tiempo antes de saber que había sido aceptado en el curso propedéutico de mi maestría yo empezaba a considerar vivir en otro lugar, por el bien mío y de mi hermano, cada quién necesitaba su espacio.

Se dio la oportunidad de viajar a una ciudad diferente para estudiar y con eso la perspectiva de finalmente tener mi propio cuarto, pero los planes tuvieron que posponerse dos meses más, por cuestiones de conveniencia y por mi economía, me pareció más viable aceptar la invitación de Al de vivir con él compartiendo un cuarto mientras asistía a unos cursos de su nuevo trabajo, de esa manera podía asistir a mi curso sin pagar renta y no gastar todos mis ahorros en caso de que no fuera aceptado.

Han pasado los dos meses y si fui aceptado, así que el periodo ha llegado a su fin, me embarqué en la misión de buscar un lugar donde vivir los próximos meses y con un poco de dificultad encontré algo que se adaptaba a lo que quería y a un precio que estaba dispuesto a pagar. Una vez más, el proceso no es tan importante, es igual para todos, la búsqueda, la renta, la mudanza. Lo que importa es lo que significa para mi.

Estoy escribiendo esta entrada desde el escritorio que está en mi cuarto, en un espacio donde el que manda soy yo, donde se que nadie va a venir a interrumpirme, en un espacio donde puedo dormirme a las 5 de la mañana viendo series, leyendo, estudiando o jugando y nadie me va a decir nada, un espacio donde respiro, donde me siento inspirado para escribir, donde el tiempo no se consume en lo que sea que los demás están haciendo, donde nadie me dice nada si quiero encender o apagar el foco, donde no tengo que gritar para que cierren la puerta, donde no me despierta el ruido de alguien más viendo la TV.

He conseguido con este paso, un pedazo más en mi independencia.

Por mucho tiempo supe que un día saldría de mi casa en busca de una vida mejor, por mucho tiempo supe que saldría no para casarme o ir a vivir con alguien más, sino para encontrarme a mi mismo, para retarme, para probar de lo que soy capaz y para darme cuenta que en verdad lo soy. Hoy me encuentro sentado en la silla de un escritorio en un cuarto que está en una casa de una de las ciudades más importantes de mi país, a cientos de kilómetros de mi ciudad natal , me encuentro escribiendo, me encuentro pensando, me encuentro logrando algo que siempre durante mucho tiempo busqué, vivir por mi mismo. Me tomó más de 20 años, pero lo he logrado.

Lo importante de crecer, al menos para mi, no es cuanto te tome alcanzar tus metas, sino nunca detenerte para llegar a ellas, nunca dejar de intentarlo, siempre seguir avanzando, aunque sea de poco a poco, cada paso te aleja de donde estabas y te acerca más a donde deseas estar.

Lo importante para uno es llegar a ellas, aunque los demás no lo entiendan y aunque para ellos sea algo tan tonto y simple como tener tu propio cuarto.

Estar en este lugar me tiene muy feliz y con esto empiezo una nueva etapa de mi vida, una donde espero y planeo escribir más y eso también me pone muy feliz.

Hoy más que nunca puedo sentir mi independencia, es magnífico y aterrador el sentimiento, pero es una etapa que estoy muy emocionado por vivir.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *