Close

«Bel»

Desde que entró a mi vida, supe que algún día escribiría sobre ella. Desde que tomó mi mano por primera vez, me di cuenta que quería escribir sobre ella. Desde que me dijo que me quería supe incluso cómo iniciaría el primer párrafo, y sin embargo, cuando quise hacerlo, me di cuenta de que no estaba listo. No pensé que me tomaría tanto tiempo escribir sobre ella, pero a veces simplemente necesitas esperar. El momento de esperar ha terminado.

Cuando pienso en cómo mi afecto por Bel creció tan rápido, cuando pienso en por qué me siento tan fascinado por su persona, cuando me detengo a analizar en por qué no dejo de pensar en ella y quiero sentirme a su lado, cuando pienso en por qué mi alma está en calma al entrar en contacto con la suya o por qué mi corazón busca tanto el latido del suyo… siempre termina sorprendiéndome la respuesta. Porque la clave está en el inicio.

Porque la clave fue su valor.

Bel es una persona muy especial, eso pude sentirlo desde que la conocí hace algunos años. Pero conocerla de verdad, ser parte de su vida y tener el privilegio de ver más allá de aquella capa de una amistad casual, ha sido una de las cosas más maravillosas que he experimentado.

La mujer más hermosa que existe en mi vida, no lleva colgando sobre la piel sus cualidades más impresionantes. La belleza de su sonrisa, el rosado de su piel, engalanando los hermosos pómulos de sus mejillas que sobresalen al iluminarse su rostro de felicidad, el color oscuro de sus ojos, profundos cuando te miran fijamente y con una vida impresionante producto de la pasión que en ellos habita, un oscuro que hace juego con el color de su cabello, suave y abundante, hermoso y rebelde, con vida y energía propia que disfruta de jugar con el viento. Su tersa y suave piel y las impresionantes curvas de su figura son un paisaje que me siento afortunado de poder mirar.

Y sin embargo, debajo de ese cuerpo que tanto me atrae, yace la mujer de la que me he enamorado.

Cuando me pregunto a mí mismo, cómo fue que llegué a sentirme de esta manera por Bel, en tan poco tiempo, me doy cuenta de que no se trata de cómo me trató ella, de la intensidad de su querer o de su manera de demostrármelo. Sino de su valor al permitirme quererle.

Hace tiempo Bel me dijo, que estaba pensando en cuan iguales y diferentes éramos a la vez, en particular cómo nuestras situaciones sentimentales eran tan distintas. Yo, no habiendo tenido ninguna pareja en los últimos dos años y ella habiendo terminado su más reciente un par de meses atrás. Creo que ese día fue cuando realmente me di cuenta de lo afortunado que era por sostener entre mis brazos a una persona tan maravillosa cómo ella.

Bel me ha enseñado más cosas de mi mismo de lo que ella se da cuenta. Lo mágico de todo esto es que ni siquiera lo intenta, lo único que Bel es, es ella misma. Alguien que se esfuerza por conocerse más a si misma, alguien que se centra en sus ideales, alguien que me dice lo que siente y que responde a mi cariño con el suyo. Esto último ha sido una de las cosas que más me costó asimilar y es ahora una de las cosas que más me fascina de ella.

Porque Bel no me dice cosas que no siente, Bel no compite conmigo por quererme como yo la quiero o por demostrármelo como yo lo hago. Bel me permite quererla a mi manera, y ella me corresponde queriéndome a su manera, en sus términos y como sólo ella sabe. Y a pesar de que en ocasiones yo he dicho cosas que quizás ella aún no está lista para decir de vuelta, nunca ha rechazado mis sentimientos, ni ha tratado de minimizarlos, los respeta y los acepta.

A pesar de que quizás sienta necesitar más tiempo para llevar nuestra relación a otro nivel o que simplemente quiera tomar las cosas con más calma, nunca rechazó mi entusiasmo al expresarle lo bien que me hace sentir y lo mucho que le quiero. Y eso para mi requiere mucho valor.

Un valor que no siempre estoy seguro de merecer o que simplemente, a veces no comprendo por qué se arriesgaría a algo así conmigo al poco tiempo de conocernos. Pero ese valor es el que tanto admiro y trato de sentirme merecedor de él cada día. Demostrarle que mi cariño y el suyo es algo por lo que vale la pena arriesgarse.

Cuando Bel me preguntó cómo supe que estaba enamorado de ella, me tomó por sorpresa.  No sabía exactamente que decirle porque no sabía exactamente cómo explicárselo, quizás porque ni siquiera yo me había detenido a analizarlo. Su pregunta me hizo cuestionarme muchas cosas dentro de mi, me hizo voltear a ver a mi y preguntarme “¿en verdad estás enamorado, cómo lo sabes?”.

Intenté recordar el sentimiento, la sensación de estar y saberme enamorado de alguien más y me di cuenta de dos cosas. La primera, que hacía más de 7 años que no me enamoraba de verdad. La segunda, que no podía compararlo con la última vez, porque esta vez todo era diferente. Pero entonces ¿cómo sabía que estaba enamorado?

La respuesta a esa pregunta estaba frente a mi, pero no podía verla. No podía verla porque por primera vez en mucho tiempo las cosas iban al revés, y curiosamente en ese cambio de dirección yacía la respuesta.

Por primera vez en mucho tiempo no podía estar seguro de un sentimiento, pero podía sentirlo. Por primera vez, en mucho tiempo el corazón asimilaba algo antes de que mi lógica lo aceptara, por primera vez en mucho tiempo mi yo emocional le había ganado a mi yo lógico en entender algo.

Por primera vez mi corazón se reía del terco de mi cerebro que se resistía a reconocer una verdad innegable, una idea indetenible que crecía a cada momento, con cada gesto, con cada sonrisa, con cada beso y cada abrazo. La realidad de que estaba enamorado de Bel.

Y cuando al fin escuché a ese incansable órgano gritando en mi pecho al tenerla frente a mi, fue cuando supe que estaba enamorado de ella. E incluso si ella no estaba enamorada de mi, tenía que decírselo, porque merece conocer que alguien tan maravillosa como ella es capaz de provocar sentimientos tan maravillosos en alguien más. Porque quiero demostrarle que mi cariño por ella es verdadero.

En el futuro, cuando cuente la historia de cómo fue que me enamoré de Bel, iniciaré contando el increíble valor que tuvo al mostrarse vulnerable ante mi, el valor que tuvo para darme una oportunidad de quererla de verdad y de la maravillosa persona que descubrí en ella al hacerlo.

____________________________________________________

Cuando me abraza, cuando me besa, cuando me tiene en sus brazos y yo a ella en los míos… no sabía que se podía ser tan feliz.

Cuando Bel me toma de la mano, siento que juntos podríamos hacer arder el mundo hasta las cenizas o iluminarlo más que el Sol al amanecer.

Y eso, eso me encanta.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *