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Un error para un optimista

Desde el momento en que me levanté la mañana del Domingo 10 de Enero supe que tendría que escribir sobre la noche anterior.

Luz, ruido y el mundo se formó a mi alrededor, alguien me gritaba para que me levantara a limpiar el auto. Por inercia me levanté y lo hice, no era mucho pero era necesario. Fue entonces cuando me di cuenta de lo que me rodeaba, mi cama, mi casa ¿como llegué yo aquí?, un grito de furia me contesta “¡Fui yo quien te trajo!.

“Oh, fuck” fue lo único que logró formular mi mente.

El 9 de enero era el cumpleaños de una conocida, no era su cumpleaños la verdad, solo se festejaría ese día, es una persona que representa todo lo que mi anterior yo habría rechazado y todo lo que mi anterior yo habría perdido por conocer de no haberle dado la oportunidad, en fin. Pertenece a un grupo social con el cual no estoy muy familiarizado y por ende, me llamó la atención, durante algún par de meses hemos platicado por internet, nada serio, nada que podría considerarse amistad, dos extraños siendo amables tal vez, le gusta beber, divertirse por las noches, bailar y no tiene miedo de hablar verdades, por alguna razón pese a eso y contrario a mi costumbre de prejuzgar a las personas, no lo hice con ella y me di cuenta que no es idiota, solo diferente a el tipo de personas con las que me relaciono, en fin. Volviendo al tema, era su fiesta, habría mucha gente y la mayoría estarían ebrios. Lo sabía y también sabía que si iba estaría entrando a un lugar desconocido para mi, con personas que no conocía, un ambiente hostil a vistas de cualquier pedazo de ser cauto que habitara en mi. Sin embargo, decidí que tenía que hacerlo, que hacía mucho no intentaba nada nuevo y necesitaba algo así en mi vida, necesitaba un cambio. Me dije a mi mismo “¿Qué harías si no tuvieras miedo?” y me lancé a la aventura.

Por alguna razón y estaba muy seguro de ello, me convencí de que necesitaba hacer esto solo y fui solo, ese fue el único error que cometí esa noche. Al llegar estaban Arwen y Karl lo cual me dio un poco más de confidencia, saludé a Mag y me devolvió la amabilidad con entusiasmo, me invitó a la mesa donde estaban jugando una especie de Jenga con retos y me integré con naturalidad, al parecer mi idea de llegar casi a media noche había sido acertada, todos estaban lo suficientemente ebrios como para notar la introducción de un completo desconocido, todos menos yo. Me decidí a remediar eso, no pasaba media hora cuando estaba seguro de haberlos alcanzado, después de varios retos y alguien tirando el Jenga, la partida finalizó y las personas en la mesa empezaron a dispersarse para ese entonces Arwen y Karl no se veían por ningún lado y empezaba a preocuparme quedarme sentado sin conocer a nadie, entonces la vi, piel blanca como la nieve, ojos detrás de unos lentes y cabello como la grana, Red, había interactuado con ella por Twitter pero jamás la había visto, sabía que tenía un caracter fuerte y que no era fácil agradarle, el alcohol ya había hecho efecto en mi y esperando que también en ella, decidí probar suerte y fui a presentarme, ella me aceptó como si nada y su actitud hacia mi fue muy diferente a lo que yo esperaba (quizás eso es lo que pasa cuando en una borrachera llevas la bebida favorita de la chica con quien hablas en la hielera), comenzamos a platicar, de las cosas más estúpidas y a reirnos por todo, estabamos contentos, sugerí volver a jugar Jenga pero solo quedabamos nosotros dos y alguien había derramado cerveza sobre él, de algún lugar de su mente su cerebro la hizo decir “yo chupo la pieza, si tú lo haces” , dispuesto a no perder la oportunidad de agradarle más, acepté el reto y así nos besamos por primera vez esa noche.

Se convirtió en mi acompañante por unas horas y fuimos platicando con personas que no conocía, ni me conocían, pero en estas situaciones eso no es algo que de verdad importe, bailamos, nos besamos de nuevo y seguimos bebiendo. Hoy me doy cuenta que ella era mi pivote mental esa noche, llegado un momento se separó de mi y no me molesté en buscarla demasiado (quizás una amiga de ella decidió que era suficiente), yo me quedé con otras chicas, bailando, platicando, divirtiéndonos y disfrutando. Un parpadeo y sorpresivamente había menos personas, muchas menos, dos parpadeos y alguien me decía “No te irás así, dame tus llaves y tú celular”, luego llegó la oscuridad, alguien gritándome por una chamarra y yo vomitando en una hielera en la parte trasera de mi auto. Ese día rompí una de mis mayores reglas con el alcohol, ese día fue único.

Uniendo las partes, en algún momento entre las 4:30 y las 5 de la madrugada el alcohol sobrepasó mi cuerpo y mi mente decidió que no me merecía su presencia, Mag, una amiga y un amigo de ellas llamaron a mi casa y Mar les contestó, de alguna forma se las arregló para ir por mi y fue ella quien evitó que despertara en medio de la banqueta sin cartera o algo parecido (lo cual habría sido bastante hilarante en primer instancia, la verdad). En fin, aun cuando no quedaban muchos cuando terminé en ese estado y llegaron por mi, Mag en su embriaguez subió algunos snaps míos (algo que probablemente yo también habría hecho de ser ella) así que si, terminé como el idiota borracho de la fiesta (toda borrachera tiene que tener uno ¿no?). A pesar de todo, debido quizás a la gran cantidad de suerte o la fuerza de un ser mayor no logro ver esto como algo malo, claro no vi la cara que tendría Mar cuando llegó por mi y agradezco por la buena voluntad de Mag y sus amigos por no abandonarme y aun me cala la cruda moral de lo que hice. Tiene que ser mi forma de ser, de siempre encontrar lo bueno en la adversidad, pero de esa noche me queda algo mucho más que la vergüenza de la mañana.

Viví algo que probablemente jamás vuelva a vivir, me excedí con el alcohol de una manera que no pretendo permitirme de nuevo, provoqué en Mar una decepción que voy a esforzarme al máximo por enmendar, pero no todo es malo, besé a una pelirroja, me lancé al vacío de lo desconocido, a la oscuridad del temor, si, me tropecé pero no fue algo irremediable y definitivamente es algo que el año pasado jamás me habría atrevido hacer, me alegro porque ese salto lo di sin la influencia de ninguna sustancia, después vino lo demás y tampoco fue malo. Tuvo un final que no previne pero de alguna forma siento que necesitaba eso para salir de un letargo de decadencia que me había rodeado el último mes, ahora estoy listo para correr. Me agrada la forma en la que he cambiado, y ahora que me he dado cuenta del cambio, es mi deber encargarme de hacer algo bueno con esta nueva habilidad. Definitivamente es una noche que voy a recordar, pero no será algo que me trastorne, noches como esa le pueden pasar a cualquiera, o tal vez no. La verdad no vale la pena perder el tiempo pensando en ello. Ya pasó.

P.D. Aun tengo que ir por la chamarra de Blu a la casa de Red, probablemente sea incómodo, pero la vida está llena de momentos incómodos y afortunadamente ya me estoy sintiendo cómodo con ellos.

 

6 thoughts on “Un error para un optimista

  1. Muy cierto porque de qué sirve la vida sino puedes contar con, orgullo, en tú vejes tus derrotas y tus victorias.

    Claro que hay de errores a errores. Caer en uno es de novatos pero caer en el mismo es de pen&$jos xD

    Perdona por eso pero lo censuré

    1. Jaja exacto, ¡lo importante es aprender de ellos! Al final de la vida, nos arrepentimos más de lo que no hicimos, que de lo que hicimos.

  2. “¿Qué harías si no tuvieras miedo?” HAHAHAHA Parece que es la pregunta de cada noche que empiezo a beber mi botella de vino…Joder, bueno, la cruda moral siempre es lo peor. Pero…en cuestión de poco tiempo todo se olvida, y quién no haya hecho tonterías ebrio que lance la primera piedra!

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